11 de marzo de 2014

Esos días...

¿Sabéis esos días que tenemos todos, cuando nuestros ánimos están por los suelos, y nuestra mente está dando vueltas a todo demasiado?, pues ayer y hoy están siendo dos de los míos.

Cuando algo o alguien te decepciona de alguna manera ,  y esa persona o cosa es algo o alguien que no te comprende, o no lo entiendes, te hace pensar en muchas cosas y situaciones. 

Muchas veces son cosas que solo están en tu cabeza, pero otras veces, son cosas que sientes que no están bien y que no se deben hacer, por la razón que sea.

Pero bueno, ya se me pasará la tontería(espero), y aunque no lo olvide, lo dejaré aparcado, porque muchas veces no merece la pena darse mal por ello.

Voy a contaros una historia "inventada", que me hizo mucha gracia en su momento, hablando con mi pareja, para reíros un rato los pocos que leéis mi blog y mis ocurrencias;

Los ombligos son una cosa, que la mayoría de las personas odiamos, y sobre todo cuando son de clase "profunda", que yo los llamo así cuando están hacia adentro, los ombligos que son hacia afuera, yo les llamo "salientes". 

Bueno, pues en los ombligos profundos, siempre suele haber unos "amiguitos" poco agradables que yo les llamo"pelusillas", que se meten dentro y no quieren salir, ya sea por las prendas de ropa, el sudor, o por la mierda del aire que respiramos.

Los pelusillas, ensucian tu ombligo, y como no lo laves a menudo o a diario, se quedan ahí enganchados produciendo una suciedad y a veces hasta un olor desagradable, que pueden infectarlo o enrojecerlo, hasta el punto de ser algo irritante que solo consigue ponerte de mala leche y hacerte sentir incómodo por muy limpio que uno sea en su higiene diaria.

Hay que mirarse el ombligo siempre, para limpiarlo lo mejor posible, dentro o fuera de la ducha, y evitar infecciones, e incomodidades en tu vida diaria.

Puede que nadie se haya fijado nunca en este detalle físico, pero es una parte más de tu cuerpo que debes cuidar, y evitar pequeños problemas, que no son graves, pero si son horribles, incómodos y sucio.

Yo por suerte, parezco no tener muchos pelusillas en mi obligo profundo, pero a veces si me han "atacado" sin haberme enterado. Menos mal que ya no dejo que se salgan con la suya y acabo con su mísera vida en mi cuerpo serrano cada día. XD








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